“Algo me decía que no era solo ‘un retraso’… pero nadie me escuchaba”
Si estás leyendo esto, puede que estés atravesando un momento de incertidumbre, dudas o búsqueda. Tal vez tu hijo, hija, nieto o alumno muestra conductas que no encajan del todo en lo que se espera. Quizás alguien ya mencionó la palabra autismo, y desde ese día tu mundo cambió.
Este artículo está pensado para vos. Porque sé que necesitás respuestas claras, empáticas y reales.
Y porque no estás solo/a.
¿Qué es el autismo o TEA?
El autismo (o Trastorno del Espectro Autista – TEA) es una condición del neurodesarrollo que acompaña a la persona durante toda su vida. No es una enfermedad, no tiene cura, y no debe ser corregido ni forzado a cambiar.
Se trata de una forma diferente de percibir, procesar e interactuar con el mundo. Afecta principalmente la comunicación, la interacción social, la flexibilidad del pensamiento y las conductas.
10 señales tempranas del autismo en bebés y niños
Detectar el autismo a tiempo puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de la persona y su familia. Estas son algunas señales frecuentes (aunque no exclusivas):
- Poco contacto visual
- No responde a su nombre a los 12 meses
- No señala para mostrar interés
- Dificultad en el juego simbólico (hacer «como si»)
- Ecolalia (repetición de palabras o frases)
- Dificultad para interactuar con pares
- Fascinación por objetos o rutinas específicas
- Hipersensibilidad a ruidos, luces o texturas
- Retrasos o diferencias en el lenguaje
- Movimientos repetitivos (aleteo, girar, balanceo)
🔗 Consultá siempre con profesionales éticos y actualizados. No todos los niños autistas presentan las mismas características.
¿Cómo se diagnostica el autismo?

El diagnóstico del autismo es clínico y debe ser realizado por profesionales capacitados (neurólogos, psicólogos, psiquiatras infantiles, etc.). Implica entrevistas, observaciones y escalas específicas.
👉 Un diagnóstico no es una sentencia: es una brújula para comprender y acompañar mejor.
¿Qué hacer después del diagnóstico?
- No entres en pánico. Tu hijo sigue siendo el mismo niño maravilloso que antes del diagnóstico.
- Informate con fuentes confiables. Evitá caer en promesas falsas o curas mágicas.
- Rodeate de personas que respeten la neurodiversidad.
- Conectate con otras familias. Las redes de apoyo son poderosas.
- Acompañá desde el amor, no desde el miedo.
Actividades, apoyos y herramientas útiles
No existen soluciones únicas. Cada niño o niña autista es diferente. Sin embargo, muchas familias encuentran beneficios en:
- Rutinas claras y anticipaciones visuales
- Juguetes sensoriales
- Lenguaje claro y directo
- Sistemas de comunicación alternativa (como pictogramas)
- Espacios inclusivos (escuelas, plazas, clubes)
🎒 Una escuela inclusiva y empática puede ser clave en el desarrollo emocional y social.
¿Y los padres, cómo seguimos?
El impacto emocional del diagnóstico puede ser grande. Por eso, cuidarte también es fundamental:
- Buscá acompañamiento psicológico si lo necesitás
- Dedicá tiempo a informarte, pero también a descansar
- Recordá que no hay mejor especialista en tu hijo que vos
“No sabía qué hacer… pero fui aprendiendo. Con errores, con aciertos, con amor.”

Conclusión: el autismo no es el fin de nada. Es el comienzo de una nueva forma de mirar el mundo.
Cada día más personas en el mundo descubren que el autismo no es una tragedia. Es una manera distinta de ser, sentir y estar en el mundo.
Este artículo no pretende darte todas las respuestas, pero sí invitarte a un primer paso: mirar con empatía, escuchar con respeto y acompañar con amor.
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